Escrito por Harry Rutner, Oficial Superior de Asuntos Jurídicos y de Defensa del Consorcio para Niños de la Calle
Los días 7 y 8 de noviembre de 2024 se celebró en Bogotá (Colombia) la Primera Conferencia Ministerial Mundial para Poner Fin a la Violencia contra los Niños ( la Ministerial Mundial ). En la Ministerial Mundial participaron ministros de más de 100 Estados miembros, miembros del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, ONG internacionales, OSC y, lo más importante, defensores de los derechos de los niños y los jóvenes. La Ministerial Mundial y los eventos satélites que la precedieron prepararon el terreno para el debate más amplio sobre cómo podemos trabajar juntos para poner fin a la violencia contra los niños.
Felix Holman y yo viajamos a Bogotá para participar en los eventos satélite, incluido uno que copatrocinamos, y en la Conferencia Ministerial Global, que consistió en cuatro días completos de eventos, reuniones y sesiones plenarias para debatir sobre la eliminación de la violencia contra los niños, con voces de todo el mundo, especialmente las voces de los defensores de los niños y los jóvenes. Nos sentimos honrados de ser una de las pocas OSC presentes y de poder dar voz a nuestras organizaciones miembro en la Conferencia Ministerial Global, que sabemos que son colaboradores fundamentales para garantizar la implementación de intervenciones encaminadas a eliminar la violencia contra los niños.
Durante la Reunión Ministerial Mundial, escuchamos prácticas prometedoras de los países, como el énfasis en la necesidad de la participación infantil en la creación de programas y políticas para poner fin a la violencia contra los niños, la inversión en educación para niños y familias y líneas directas accesibles para denunciar casos de violencia contra los niños, por nombrar solo algunos.
Si bien fue emocionante escuchar acerca de la implementación exitosa de las iniciativas en los países, nos decepcionó que muchas de las intervenciones propuestas por los países se enfocaran en los niños como un grupo homogéneo, o al menos se enfocaran solo en los niños en entornos escolares o domésticos. Este enfoque a menudo ignora a las poblaciones más vulnerables. Está claro que las intervenciones deben adaptarse a las necesidades específicas de los grupos marginados, incluidos los niños que viven en la calle.
Nos inspiramos en las voces de los defensores de los niños que viven en la calle de nuestro socio de la red, Voice of Children in Nepal, que formaban parte de la delegación infantil. Sus mensajes fueron claros: los niños que viven en la calle deben ser incluidos en la formulación de políticas. Nos impresionó especialmente cuando, en un panel, el defensor de los niños de Voice of Children preguntó directamente al gobierno nepalí cómo protegería a los niños vulnerables, lo que impulsó al gobierno nepalí a asumir un compromiso en el escenario mundial para apoyar y trabajar con los niños que viven en la calle. La participación y las voces fuertes de estos defensores de los niños reafirmaron lo que ya sabemos, que los niños que viven en la calle son inmensamente resilientes y hábiles y deben ser participantes activos en el diseño de soluciones para que sean efectivas.
A pesar de la enérgica defensa de los delegados de los niños de la calle, salimos de la Ministerial Global con la sensación de que los gobiernos y las OING en general rara vez prestaban atención a las necesidades específicas de los niños de la calle. Queríamos destacar que el Consorcio y sus organizaciones miembros están bien posicionados para proporcionar evidencia y datos valiosos para apoyar soluciones exitosas para los niños de la calle. Tenemos que recordar a las partes interesadas y a los responsables globales que ninguno de los ODS se cumplirá a menos que incluyamos y satisfagamos las necesidades de los niños de la calle.
En la Conferencia Ministerial Mundial , los países se comprometieron a poner fin a la violencia contra los niños y niñas proponiendo una serie de intervenciones prometedoras. Se trata de un nuevo paso apasionante y ahora nos corresponde a nosotros, el Consorcio para los Niños de la Calle, las ONG internacionales, las Naciones Unidas y las OSC exigir a los gobiernos que rindan cuentas de sus compromisos. Aunque se trata de una tarea enorme, es alcanzable y sabemos que los gobiernos no pueden hacerlo solos y deben recibir el apoyo de las OSC, que son aliadas y especialistas en la materia y pueden ayudar a alcanzar estos objetivos.
Como todos sabemos, los niños son el futuro y, como se repitió en la Conferencia Ministerial Mundial, poner fin a la violencia es una inversión en un futuro más seguro y más brillante para todos. Esperamos ver cómo los gobiernos avanzan en sus compromisos y cómo trabajan con ellos para poner fin a la violencia contra todos los niños.